lunes, 30 de noviembre de 2009

En todos sitios cuecen habas (II)

"En el mundo que habitamos dominado por los medios, el artista se ve inmerso en una presión constante por hacer algo nuevo, innovador. Si un artista deriva su estilo de antiguas fuentes, su trabajo se arriesga a ser tildado precisamente de anticuado y anacrónico. Un estilo que se antoje como de los años veinte puede resultar arcaico para algunos. Sin embargo, tiempo atrás los artesanos trabajaban invariablemente en estilos tradicionales que se habían asentado durante generaciones a través de gremios y talleres. El cambio por el cambio en las artes, para vender simplemente algo nuevo, no se contemplaba en esa cultura compartida.
Hasta la era industrial la moda fue una preocupación exclusivamente aristocrática. En estos tiempos, en cambio, nos vemos agarrotados por un proceso de innovación compulsivo por el que el artista debe ser un presunto rebelde si pretende el más mínimo reconocimiento. Ser el mejor en lo que haces parece que no basta.
Soy una persona visualmente dotada y, en ese sentido, la narración me resulta secundaria. También he podido observar que la mayoría de las personas no están bien "sintonizadas" visualmente. A lo que suelen responder más que nada es a las historias. Una narración simple y bien acotada.
[...]

Los mejores cómics combinan una imagen potente con un relato de peso. La mayoría de los profesionales dominan una u otra facultad. Muchos artistas técnicamente capaces son buenos creadores de imágenes, ilustradores, básicamente. Otros cuentan con un talento artístico reducido, pero son buenos contadores de historias, conocedores de la estructura de una trama, del desarrollo de los personajes y de la dinámica del diálogo. Es raro encontrar ambos elementos equilibrados con la debida fuerza en un único artista."

Robert Crumb y Peter Poplaski, Robert Crumb recuerdos y opiniones, Global Rhythm Press, Barcelona, 2008, p. 239-244

domingo, 22 de noviembre de 2009

En todos sitios cuecen habas


Ascension, John Coltrane, 1965

"El Coltrane de Ascension es la viva imagen de un modernista librándose de los grilletes de la tradición sesenta años después de que los europeos se hubiesen librado de ella.

La noción de que es obligatorio romper los fundamentos del arte para adquirir una identidad contemporánea relevante resulta imposible de contrarrestar, pues hay generaciones de académicos dedicadas a fomentarla y no creo que piensen en abandonar. También hay muchos estudiantes que se echarán a perder. Sin embargo, cuando ya se ha abstraído la abstracción de una abstracción, uno se pregunta qué narices se está haciendo. Y cuando se pierde la noción de lo que se está haciendo, entonces todo está perdido. Eso que la gente aún denomina "vanguardia" se inventó en Alemania durante el primer cuarto del siglo xx y llegó al jazz cincuenta años después. Ahora, cincuenta años después de que se iniciase, continúa sin ser tan moderna como la música que interpretaba la banda de King Oliver allá por la década de 1920.

King Oliver, Riverside Blues, 1923

En mi opinión, la última etapa de Coltrane entra dentro de esa categoría. [...]

La trayectoria de su carrera suscita algunas cuestiones acerca de la dirección del arte occidental en general. Uno de los mayores representantes del vanguardismo, Picasso, se sumergió en la abstracción, pero supo darse cuenta de que dicha abstracción era sólo parte de su paleta, tan sofisticada como cualquier otro estilo. Uno llega a cuestionarse por qué eso sucede con tan poca frecuencia entre los músicos de jazz."

Wynton Marsalis y Geoffrey C. Ward, Jazz. Cómo la música puede cambiar tu vida, Paidós, Barcelona, 2009, p. 175-177


Wynton Marsalis, Cherokee, 1996

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El hundimiento



Comentábamos hace un tiempo los mil años que algunos auguraban, amparados en las masas exaltadas, a su particular reino de la belleza. Pero haciendo bueno el dicho “Segundas partes nunca fueron buenas”, esta vez ni siquiera ha habido, para ellos, lugar a la esperanza. Los temores sólo nos inquietaron un poco –a quienes siempre nos opondremos a destinos manejados por seres superiores- mientras se preparaba la contienda. Que ésta empezase y que el tinglado se viniese abajo fue todo uno. Comprobamos que, una vez más, los proyectos faraónicos probablemente se quedarán sólo en eso: en mero proyecto, una maqueta soñada por la mente de un tipo grandilocuente. Sobre el papel, una superproducción, como la definió el líder que volvió para hacer temblar Europa (o eso decía). En la práctica, una comedieta cursi que ni Gómez Pereira.

La imposibilidad del gran arte prometido está llevando a los expertos al desconcierto. “¿Cómo es posible?”, se preguntan quienes apenas pueden disimular su tremenda decepción:

JRdlM: Es que entre un pintor que gana doce millones de euros y un pintor que gana doce mil sí se ve esa diferencia: es que mira esta exposición, mira el arte… incluso en un músico. Pero es que en un futbolista, no.

SC: Bueno, pero yo creo que va un poco de quién puede pagar ese cuadro; si ese cuadro se pueden pagar por él doce millones de euros, pues entonces lo vale.

JRdlM: No, no es que lo valga; una cosa es que se pueda pagar y otra cosa es que lo valga. O sea… lo vale o no lo vale: pero en esto no. Ves el Madrid de esta noche y ves el Alcorcón, y jorobar…

(Lecciones magistrales sobre estética impartidas mano a mano por José Ramón de la Morena (JRdlM) y Santiago Cañizares (SC), anoche en El Larguero).

lunes, 9 de noviembre de 2009

Veinte años no es nada

Keith Haring pintando sobre el Muro de Berlín, sólo tres años
antes de que desapareciese (su mural todavía se conserva).

lunes, 2 de noviembre de 2009

Arte en la época del capitalismo no tan triunfante

La cabecera de ARTELLANDO, antes

Como parece que el verano no se quiere ir de una vez, seguiremos con las piscinas un poco más. La cita, además de especialmente aplicable a fenómenos como el de Damien Hirst, tiene mucha más chicha de lo que pudiera parecer en principio (como muchas de las cosas que escribió Ramírez).