¿Qué sería de quienes a menudo fantaseamos con los viajes en el tiempo, si no fuera por el arte contemporáneo? No me refiero a viajar hacia el futuro, sino al pasado. Concretamente a 1917, una y otra vez, con la misma sensación de que nada ha cambiado desde entonces. Lo mejor, el presentador en el minuto 8:25: ”Pues si les parece vamos a enseñarles unas obras de arte contemporáneo, y me gustaría conocer su opinión. El primer vídeo nos muestra un retrete –atención que no retrato- de Marcel Duchamp, de 1917. Es una escultura titulada Fountain (fuente), que es… pues eso, un urinario. ¿Esto es arte?” (puedo asegurar que el programa es de hace unos meses; en 1917 no existía YouTube).
Mientras Stephen Hawking no nos resuelva el asunto , es lo que hay (y no es poco).
Las ruinas sublimes II. Lo sublime que encierra la crueldad
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Lo sublime –esa idea fundamental para entender el camino hacia la
modernidad; también su crisis- fue un hallazgo estético, y en su
configuración decisiva n...
Hace 10 años
4 comentarios:
Si nos guiamos por el simil propuesto, hay que tener esperanzas. Quizás aquel que represente al personaje de Bill Murray esté mejorando constantemente y de manera imperceptible hasta que la rueda vuelva a girar.
Que no ocurra, por favor, que nos quedamos sin viajes en el tiempo.
Muy oportuno, Rubén.
¡Cuánta gente en el retrete! Y tan felices. No hay más remedio que seguir artellando.
Gracias, Amando; a ver si saco tiempo para terminar lo que te comenté.
Un saludo.
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