jueves, 25 de junio de 2009

Otras maneras de ser crítico con el arte contemporáneo





11 comentarios:

j. aguilera dijo...

me ha gustado mucho lo que dice Fernando Castro

Rubén dijo...

Fernando Castro suele escribir lo que piensa; ya sólo por eso merece respeto. Además es un tipo con múltiples intereses, a mí me gusta mucho esta gente que de vez en cuando se salen del guión y hacen lecturas de alguna disciplina "ajena" pero desde el aparato crítico de la "propia" (recientemente recuerdo varias cosas suyas sobre la última película de Clint Eastwood).

Coincido en casi todo lo que dice aquí, salvo en lo del arte político. Lo que Benjamin escribió exactamente fue: "Éste es el esteticismo de la política que el fascismo propugna. El comunismo le contesta con la politización del arte" Es un poco diferente a decir que "le responde el arte político", pero como justo en ese momento de la entrevista hay un corte de montaje no sabemos si Castro matizó a continuación el asunto.

j. aguilera dijo...

Pero entendámonos, el arte politizado surge directa o indirectamente del comunismo, o bien por visiones marxistas de la realidad materialista dialéctica o bien por visiones contestatarias de cualquier oto espectro que no comparten la finalidad del comunismo pero utilizan su aparato teórico porque es el más desarrollado con diferencia.

Rubén dijo...

Lo que quería decir es que no veo una diferencia sustancial entre la "estetización de la política nazi" y la "politización del arte comunista", en el sentido de que en los dos casos se trató de seguir haciendo política (más bien nefasta) por otros medios. Benjamin escribe en el año 1935; quiso creer que sí había diferencias, igual que muchos creían que el comunismo en general era la opción correcta frente al fascismo.

Por otra parte, yo creo que el arte politizado, tal y como se entendió hasta los años 60, nace en el siglo XVIII, con gente como David, propagandista sucesivamente de la monarquía de Luis XVI, de la República surgida de la Revolución Francesa y del Imperio de Napoleón.

Carlos Aguilera dijo...

La diferencia entre las citas es radical, y no es lo mismo el "arte político" que el "arte politizado" (o la politización del arte), a veces es lo opuesto.

De todas las opciones yo me quedo, sin duda, con la de Tarántula.

Rubén dijo...

Sí, puede que no estemos siendo muy rigurosos con lo del arte "político" y "politizado". ¿Cuándo son opuestos para ti?

Brasas dijo...

...
Carlos, trata de arrancarlo, por Dios !!

Carlos Aguilera dijo...

Trataré de arrancarlo, como bien dice nuestro simpático amante de la gestualidad tipográfica (¿Juan es tu nombre?). Ignoraba que me hubiera quedado esto por responder. Tal vez me equivoque pero entiendo que es habitual que las ideas políticas del autor salgan a la luz en sus obras. Así pues, a mi modo de entender, arte político no tiene porqué significar arte puesto al servicio de una determinada política sino puntos de vista políticos del artista que pueden formar parte de su obra, mientras que arte politizado suena a propaganda o a política por medio del arte, como decía Rubén anteriormente.

Un saludo.

Carlos Aguilera dijo...

Otra cosa es que en la comparación entre nazis y soviéticos pudiera parecer que mientras unos hacían política a partir de concepciones artísticas, los otros hacían arte a partir de ideas políticas.

Rubén dijo...

Más o menos de acuerdo, Carlos. Dicho a lo bruto, yo creo que los nazis lo hicieron mejor; aunque muchas cosas se le quedaron en el papel, hay que reconocer que Hitler tenía una (siniestra) visión global del mundo, fundamentalmente estética. De todas formas ahora, con el filón del nazismo un poco agotado, se está poniendo de moda leer la política comunista como "opción artística"; sobre esto son muy interesantes el Obra total de arte Stalin, de Boris Groys, o más recientemente el Lenin dadá de Dominique Noguez.

j. aguilera dijo...

Pero es que no podemos hablar igual del "arte comunista" y del arte soviético, y dentro del segundo hay mucha diferencia entre los años 20 y los 30, por ejemplo